La figura del recurso preventivo surge con la reforma de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre de Prevención de Riesgos Laborales (en adelante LPRL), que llevó a cabo la Ley 54/2003, de 12 de diciembre.
La posterior publicación del R.D. 604/2006, de 19 de mayo, por el que se modifican el R.D. 39/1997 y el R.D. 1627/1997, definen, de forma completa, los casos en los que es necesaria la designación del Recurso Preventivo, su integración en el modelo de prevención de la empresa, y sus principales funciones.
La figura del recurso preventivo nace con el fin de alcanzar los siguientes objetivos:
· Combatir de manera activa la siniestralidad laboral.
· Fomentar una auténtica cultura de la prevención de los riesgos en el trabajo, que asegure el cumplimiento efectivo y real de las obligaciones preventivas.
· Reforzar la necesidad de integrar la prevención de los riesgos laborales en los sistemas de gestión de la empresa.
· Mejorar el control del cumplimiento de la normativa de Prevención de Riesgos Laborales, reforzando la función de vigilancia.

El objetivo de esta guía es clarificar los diferentes aspectos de esta figura, para que su utilización por parte de las organizaciones se ajuste a la normativa de una manera práctica y útil, pasando por convertir una obligación legal a una herramienta preventiva en la lucha contra la siniestralidad laboral.

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