El Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo resulta hoy especialmente significativo después de un año en el que la pandemia ha sido el foco de atención. Una crisis sanitaria, que
aún marca la agenda e impide la normal actividad de sectores y empresas y que ha puesto en valor el trabajo de los departamentos de prevención de riesgos laborales de nuestras organizaciones y empresas, aunque su labor va más allá de este episodio. Ellos hacen de nuestras empresas espacios seguros de trabajo. Velar por la salud de los trabajadores, garantizando las medidas de seguridad adecuadas, siempre ha sido una prioridad en la gestión del Covid-19 desde el mundo de la empresa. A partir de ese punto, se han replanteado y modificado dinámicas de trabajo, e impulsado el teletrabajo, cuando ha sido posible, para compatibilizar salud y economía. Por ello, quiero aprovechar esta fecha conmemorativa para destacar el esfuerzo realizado y, en concreto, el de las entidades que son parte de la CEV por su implicación. Un esfuerzo inversor y logístico, en tiempo récord, que ha dado buenos frutos y que ha ido acompañado por la respuesta positiva de las plantillas de trabajo, que han cumplido con sus obligaciones laborales a pesar de las dificultades.
Esta exitosa gestión en la prevención y protección frente al virus desde el seno de las empresas debe ser ahora aliento y guía para prevenir los accidentes laborales y las enfermedadesprofesionales. Fomentar una cultura de la prevención y la seguridad en los espacios de trabajo es vital. Cuidar de los trabajadores es cuidar también de nuestros negocios. Es ser más productivos.