Los profesionales de la industria, la construcción y la minería son los más afectados por los problemas auditivos.

2 de marzo 2022. La exposición al ruido en el trabajo puede ser perjudicial para la salud de los trabajadores. El efecto más conocido es la pérdida de audición. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, 430 millones de personas en el mundo padecen una pérdida de audición incapacitante y se calcula que en 2.050 esa cifra superará los 700 millones.

La pérdida auditiva como consecuencia del ruido está entre las enfermedades profesionales más comunes en Europa y representa, según la OMS, una tercera parte de las enfermedades de origen laboral, por delante de los problemas de la piel y sistema respiratorio. El principal efecto sobre la salud del trabajador es la hipoacusia o sordera laboral. Pero además también tiene efectos extra-auditivos como son las contracturas musculares, la ansiedad, trastornos del sueño o aumento de la presión arterial, entre otras.

En el Día Internacional de la Audición, Unión de Mutuas se suma a la campaña de la Organización Mundial de la Salud, con el objetivo de concienciar de los daños que la exposición al ruido puede ocasionar a empresas y trabajadores, destacando la importancia de la prevención y cuidado del órgano auditivo, así como la trascendencia y la detección temprana de las pérdidas auditivas.

La hipoacusia laboral se puede prevenir

El médico especialista en Medicina del Trabajo de Unión de Mutuas, Pedro Soto, advierte que “cualquier empleo que nos exponga de forma continua a niveles de ruido superiores a 80 decibelios (dB) puede dañarnos el oído. La pérdida auditiva se produce de manera progresiva y cuando se diagnostica el daño, ya es irreversible. La mejor forma de prevenir la hipoacusia es anticiparse, por eso, los trabajadores sometidos a ruido de cualquier origen durante su trabajo deben controlar su audición desde el inicio de la exposición”.

Dentro de su labor preventiva, Unión de Mutuas ha preparado material divulgativo con información y recomendaciones para las empresas y los trabajadores, para prevenir la hipoacusia tanto en los sectores de administración y servicios como en el sector industrial. Es en la industria en general, la construcción y la minería, donde se encuentran el mayor número de profesionales afectados por problemas auditivos. Pero también hay otros entornos perjudiciales como son los conductores de vehículos, de ambulancias, jardineros, profesores de guarderías, peluquerías o personal de tierra aeroportuario.

Entre los factores que influyen en la lesión auditiva laboral hay que tener en cuenta la intensidad y frecuencia del ruido, el tiempo de exposición, y la naturaleza del ruido, teniendo en cuenta que los ruidos de impacto son los más perjudiciales. Por ello, el Dr. Soto señala que son muchos los casos de pérdida de audición que se pueden prevenir y destaca las principales medidas de prevención y protección frente al ruido, dirigidas a empresa y trabajadores:

Eliminar los riegos o disminuirlos al nivel más bajo. Las empresas deberán hacer una evaluación del riesgo y si procede realizar mediciones periódicas de los niveles de ruido procurando su reducción con las medidas técnicas posibles.

El trabajador debe ser consciente del riesgo, debe utilizar protección auditiva y no agravarlo, por ejemplo, con la audición de música a un nivel superior al ruido ambiente. La pequeña incomodidad del uso de cascos o tapones es compensada con creces por la conservación del sentido del oído.

– La revisión periódica de la audición en los exámenes de Vigilancia de la Salud son fundamentales para detectar una especial vulnerabilidad del oído, por ejemplo un diagnóstico de otosclerosis, o una pérdida precoz de la agudeza auditiva antes de que se manifieste claramente.

Igualmente, el Dr. Pedro Soto ha destacado el vínculo existente entre el ruido y los riesgos laborales ya que el ruido puede dificultar a los trabajadores escuchar y comprender correctamente las voces y las señales; puede ocultar el sonido de un peligro que se aproxima o de las señales de advertencia (por ejemplo, las señales de marcha atrás de los vehículos); puede distraer a trabajadores como, por ejemplo, los conductores; y puede contribuir al estrés laboral, lo que aumenta la carga cognitiva e incrementa la probabilidad de cometer errores.