Equilibrio hídrico en el puesto de trabajo

 

Una deshidratación leve afecta de manera significativa a procesos como la concentración, la vigilancia, la memoria, el pensamiento crítico  e, incluso, el estado de ánimo.

Los sistemas de climatización y los suelos de moqueta absorben la humedad del ambiente y la sequedad afecta a vías respiratorias, piel y mucosas.

Las personas que trabajan al aire libre suelen tener una alta necesidad de hidratarse debido a que, en general, su actividad física es mayor. Sin embargo, en las oficinas existen otros factores que pueden condicionar la demanda de líquidos, como la sequedad del ambiente producida por los sistemas de climatización que exponen a las vías respiratorias, piel y mucosas a una pérdida excesiva de humedad.

Además, numerosos estudios han demostrado que existe una estrecha relación entre el estado de hidratación y el rendimiento cognitivo. De hecho, las últimas investigaciones revelan que una deshidratación leve de entre el 1-2%, muy común en la población trabajadora, afecta de manera significativa a numerosos procesos cognitivos, como la concentración, la vigilancia, la memoria, el pensamiento crítico e, incluso, el estado de ánimo. Como explica la especialista, el hipotálamo necesita agua como herramienta de refrigeración para asegurar que la temperatura corporal no sea superior a unos 37ºC (dependiendo de cada persona) ya que, si aumenta, el cerebro puede sufrir daños.

No se presta suficiente atención a la hidratación en el ámbito de la salud laboral.

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FUENTE: Prevencionar.com